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viernes, 2 de diciembre de 2011

MANUAL PARA PADRES


Que levanten la mano los padres que querían que sus hijos al nacer trajesen con ellos un manual debajo del brazo…. Si allí justo al lado del pan…

¡Muchos verdad! Pero ser padres es la mayor aventura de nuestras vidas. La más esforzada, preocupante, extremadamente demandante y sobre todo la de mayor responsabilidad. Pero todo eso se olvida y las fuerzas son renovadas al ver que nuestras angustias y desvelos tienen buenos resultados. Es una tarea de todos los días y cada segundo de ellos. Cada niño es único y por lo tanto la forma en que necesita ser cuidado y orientado es distinta.

Ahora que somos mayores logramos entender el por qué de algunos regaños, insistencias, vigilancias y demás situaciones en que se involucraban nuestros padres y que para nosotros eran exageradas e insoportables. Pero al final aprendimos y seguramente ellos se sienten felices de ver que fue difícil pero lograron su objetivo.

Bueno y relajante seria pesar que todo son sonrisas y satisfacciones, pero todos sabemos que no es así. Estoy totalmente en contra del pensamiento “si a mí me costo, porque dárselo todo fácil a los hijos”. Mi pensar es: “Si a mí me costó… hare todo lo que esté a mi alcance para que a ella le cueste menos”. Lo mejor de todo es que cuando reconocemos que solo hemos sido reclutados para cuidar de los hijos de Dios y se los entregamos a Él, Él es el que se encarga de todo.

Es inevitable que nuestros hijos lloren, fallen o sufran en algún momento de su vida. Eso seguramente va a suceder. Pero nuestro trabajo es estar allí y decir viene algo mejor, o esto también va a pasar. Y seguramente así será… toda herida sana si es cuidada y vendada.

El día que los vemos por primera vez cara a cara queremos que el mundo se detenga en ese preciso instante y toda la humanidad contemplen nuestro tesoro. Y así será por siempre. Siempre serán la niña de nuestros ojos.

Existe mucha literatura que nos guía y en base a experiencias ajenas nos pueden ayudar a realizar nuestra labor de padres de mejor manera. Principalmente nos enseñan que lo más importante es fundamentar la vida de los pequeños, desde muy temprana edad por cierto, con valores y principios que le ayudaran a ser la clase de personas que esperamos que sean.

Bien sabido es que los hijos son el espejo del hogar. ¿Somos lo que queremos que sean nuestros hijos de adultos? ¿Somos dignos de ser imitados por ellos? Creo que antes de educarlos a ellos debemos examinarnos y así saber en donde requerimos mayor esfuerzo. Lo difícil no es enseñarles a ellos, ellos aprenden por imitación, lo difícil es ser un modelo a seguir.

Lo que nuestros hijos escuchan de nosotros, aún cuando son bebés, va quedado en su subconsciente y esas palabras son semilla para su alma que a su tiempo darán fruto. Bueno o malo, pero lo darán. No hay palabras que tengan mayor peso en la vida de una persona que las que escucha de sus padres. ¿Qué sale de tu boca? ¿Miel o hiel?

Los niños pequeños en sus inocentes juegos representan escenas de su vida cotidiana. Date una vuelta de vez en cuando a la hora del juego y observa que es lo que ha observado de ti. Quizá te sorprendas. Un niño suele ser muy observador y receptivo. Cuando creas que no te ve o escucha, asegúrate porque es probable que si lo hace.

Es de suma importancia hablar con la verdad todo el tiempo a los hijos. Un ejemplo simples pero que lleva consigo una gran enseñanza es que los niños sepan que no existe Santa Claus, que es un personaje de la época navideña tan lindo y carismático como Rodolfo el Reno o Frosty, pero que sepan que del fruto del trabajo de todo un año, son sus padres los que le darán regalos, no Santa, sus padres. Sabrán realmente el significado de trabajar y aprenderán a valorar el esfuerzo que ellos realizan.

Debemos preservar su inocencia a toda costa, que sean niños todo el tiempo que deben ser niños. Es nocivo para las niñas el ser vestida y ataviadas como pequeñas mujeres… está bien si ellas se visten con nuestra ropa y zapatos como parte de un juego, pero que sus atuendos cotidianos sean de pequeñas modelos merman su infancia. O que los varones desde pequeños sean enseñados con la frase “los hombres no lloran” o “sólo saludan de mano” o impedirles mostrase afectuosos, eso solo los convierte en insensibles, no en hombre formales.

Instruye a tus hijos por el buen camino y cuando sean adultos sobre el caminarán. Enseñarles a los hijos sobre su creador y cuan amados son por el Padre es el principio del éxito de nuestra labor paternal. Que sepan que Jesús les ama y dio su vida por ellos, para que vivan felices y sepan quienes son. Eso es instruir al niño en su camino. Aprovechemos situaciones simples del día para dar grandes enseñanzas.

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