LA GENEALIDAD ESTA INTIMAMENTE LIGADA A LA LOCURA. w. duarte.

viernes, 16 de diciembre de 2011

CONQUISTANDO CIMAS

Todos hemos escuchado o leído la analogía de la vida con respecto a ir en una montaña cuesta arriba.

Definitivamente durante nuestra vida nos toparemos con muchas montañas, algunas serán pequeños montículos otras serán verdaderos riscos. Pero de una o de otra forma tendremos que conquistarla la cima a de cada una de ellas. Montañas a las que le daremos nombre según su género: problemas, angustias, retos, progreso, prosperidad, felicidad, paz, etcétera.

Al llegar al pie de uno de esos enormes montes, en nuestra mente surgen muchas frases: es muy alta, no lo vas a lograr, da la vuelta y regresa, morirás en el intento y mil y una mas dependiendo del premio a alcanzar, al conquistar la cima. En ese momento tenemos 2 opciones subir y conquistar o dar la vuelta y huir.

A pesar de lo que se pueda creer, al dar la vuelta en expedita huida, nos damos cuenta que después de caminar un rato volveremos a toparnos con aquel monte, o un pariente muy cercano quizá hasta mayor. El problema radica en que si no nos atrevemos a conquistar cada cima que se nos pone delante, siempre “SIEMPRE” llegara el día en que regresemos al mismo lugar. No hay forma de huir, en un momento u otro tendremos que superar la prueba.

Nadie dice que una vez iniciada la marcha no abran descansos durante el asenso. Sorprendentemente cada montaña tiene un lugar donde descansar para tomar fuerzas y continuar. Allí podemos acampar cuanto queramos pero en algún momento habrá que reanudar la caminata. Entre menos nos acomodemos es mejor, pronto llegaremos a la cima.

El camino no será fácil pero la recompensa saldrá a la vista al llegar. Plantar la bandera y respirar ese aire de victoria que nos inspira a seguir el camino y conquistar la siguiente.

CONQUISTEMOS LA CIMA TAN PRONTO COMO PODAMOS!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Pintemos

El lienzo a utilizar será nuestra mente. Precisamente ese lugar donde albergamos los recuerdos de las cosas que hemos visto en nuestras vidas. Cada día millones de imágenes son almacenadas en nuestra memoria, a cada minuto nuestro entorno cambia de color, de matiz. Y seguramente según nuestro estado de ánimo nuestra percepción de esas imágenes y colores va cambiando; así serán guardadas.
Las primeras pinceladas son un tanto temerosas, que aparecen en nuestro lienzo al abrir nuestros ojos cada mañana, los primeros colores que vemos son los del tímido rayo de sol que atraviesan la vaporosa cortina que se mese al suave compás del viento. Es una fría mañana de diciembre.
Nuestro cuadro   pretende ser la representación de lo que vivimos. Por un día seremos espectadores de nuestra peculiar forma de ver la vida.  Debemos dar inicio por determinar las ubicaciones de los actores principales del cuadro. Será una persona, un animal, un ser vivo o algún objeto de nuestro afecto. Una vez estamos de pie, de frente al nuevo día, el siguiente paso es dedicar ese día a ese actor principal.
¿Puedes visualizar ese lienzo?
Ahora que se ha determinado quién o qué ocupará el espacio principal en nuestro cuadro, es momento de hacer un esbozo de lo que queremos que esté plasmado en el retablo. Nuestro plan del día, hacia donde queremos llegar que logros queremos alcanzar, las tareas por cumplir. Hecho esto es momento de disponer la paleta de colores y preparar los instrumentos que será los encargados de ayudarnos a llevar a cabo tan delicada tarea, convertir nuestro día en una obra de arte
¿Qué clase de instrumentos necesitamos? ¿Qué gama de colores utilizaremos?
                La única forma de obtener esta respuestas es encontrando la respuesta a una pregunta más ¿Cómo queremos que sea nuestro día? BUENO! ¿Verdad? Ese siempre es nuestro deseo queremos que sea bueno. Entonces los instrumentos que necesitamos están en una única maleta, nuestro corazón.
¿De que está lleno nuestro corazón? Para realizar nuestra obra de arte necesitamos de palabras de aliento, amor, paz, paciencia, benignidad, bondad, templanza, mansedumbre, ¿se te hacen conocidas estas herramientas? Por alguna razón cada día están en nuestra maleta al salir de casa dispuestas a realizar en nuestras manos algo hermoso. Pero por alguna razón ¡desaparecen! Y justo en el momento en que necesitamos de ellas para hacer algún trazos en nuestro lienzo, ¡no están!, y como no las encontramos tomamos lo primero que viene a nuestra mano y hacemos una mancha en el lienzo…. Pareciera que nuestra obra de arte se ha arruinado, pero… aun es muy temprano.
Es un buen momento para hacer un alto en nuestra tarea. Recuerda siempre es posible rescatar una pintura, nunca hay error que no pueda ser reparado. Recuerda, siempre puedes lavar el lienzo y blanquearlo y empezar de nuevo. O Convertir aquella mancha en parte del diseño. Al fin y al cabo todo tropiezo es una oportunidad, si así lo queremos ver.
                Nuestro cuadro es bello desde su inicio, es trabajo nuestro que así permanezca. El cielo es algo muy importante en nuestra pintura, enmarca su contenido y de allí depende si será un cuadro que represente un día luminoso o sombrío. Pero este lo haremos al final pues esto depende de cómo avance nuestro día.
Luego de un tiempo, nuestro lienzo ya no solo un esquema o una agenda de cosas por cumplir. Ya tiene color. Algunas áreas no han quedado tal y como lo propusimos en su inicio pero se han realizado. Estamos esperando la próxima oportunidad para hacerlo mejor. Hay otras que superaron nuestras expectativas, nuestras herramientas estaban justo en el lugar necesario e hicimos buen uso de ellas. Es más le compartimos a nuestro colega pintor, (el también hizo una macha en su precioso cuadro y necesitó de una palabra de aliento para continuar con el). Hay una sonrisa en nuestro rostro.
Aun nos preocupa el cielo. Hacer celajes no es cosa sencilla. Pero si nos esforzamos podemos lograrlo. ¿Cómo hacer el cielo perfecto en nuestro día? Dejémoslo un momento en lo que llega la inspiración. Trabajemos un poco en el entorno de nuestro actor principal.
¿Qué imágenes están a su alrededor y que están haciendo? Son un reflejo de lo que sucede en primera escena o solo son espectadores. Nuestro cuadro necesita movimiento, viveza. Nuestra sonrisa en cada cosa que realizamos deja pequeñas marcas que dejan constancia de su existencia. En nuestro cuadro hay personajes con rostros felices y algunos están cabizbajos. Podemos darle a cada uno de los elementos de nuestro cuadro un toque de luminosidad. Nuestro cuadro ya se ve casi completo.
Ya casi ha terminado el día, y nuestro lienzo está cubierto, excepto el cielo. ¿Cómo fue tu día? De ello depende que cielo pintaremos. Piensa en lo que ocurrió este día, recuerda que las manchas ya fueron aprovechas y son parte del diseño, Quizá si las elimináramos se notaria ese faltante. Así que déjalas. Cierra tus ojos y ve tu lienzo. ¡Qué sorpresa! El cielo ya está pintado… ¿como sucedió esto? ¿Si no tomamos el pincel para realizarlo? Sabes… ese cielo siempre estuvo allí, luminoso y sereno. Tú hiciste tu esbozo, planeaste tu día, pero la realidad es que Dios ya lo tenía dispuesto todo para que fuese un día perfecto.
Muchas veces no logramos ver lo hermoso de cada día, porque a lo largo de él algunas manchas nos empañan el panorama. Pero siempre es bello. Cada sonrisa que compartimos, las que vemos, cada palabra amable, saludo y mirada. Todo es bello.
Dispón tu día, haz planes y sabe Dios es el que está al pendiente de todo. El es el más interesado en que tengas un bello día.

viernes, 2 de diciembre de 2011

MANUAL PARA PADRES


Que levanten la mano los padres que querían que sus hijos al nacer trajesen con ellos un manual debajo del brazo…. Si allí justo al lado del pan…

¡Muchos verdad! Pero ser padres es la mayor aventura de nuestras vidas. La más esforzada, preocupante, extremadamente demandante y sobre todo la de mayor responsabilidad. Pero todo eso se olvida y las fuerzas son renovadas al ver que nuestras angustias y desvelos tienen buenos resultados. Es una tarea de todos los días y cada segundo de ellos. Cada niño es único y por lo tanto la forma en que necesita ser cuidado y orientado es distinta.

Ahora que somos mayores logramos entender el por qué de algunos regaños, insistencias, vigilancias y demás situaciones en que se involucraban nuestros padres y que para nosotros eran exageradas e insoportables. Pero al final aprendimos y seguramente ellos se sienten felices de ver que fue difícil pero lograron su objetivo.

Bueno y relajante seria pesar que todo son sonrisas y satisfacciones, pero todos sabemos que no es así. Estoy totalmente en contra del pensamiento “si a mí me costo, porque dárselo todo fácil a los hijos”. Mi pensar es: “Si a mí me costó… hare todo lo que esté a mi alcance para que a ella le cueste menos”. Lo mejor de todo es que cuando reconocemos que solo hemos sido reclutados para cuidar de los hijos de Dios y se los entregamos a Él, Él es el que se encarga de todo.

Es inevitable que nuestros hijos lloren, fallen o sufran en algún momento de su vida. Eso seguramente va a suceder. Pero nuestro trabajo es estar allí y decir viene algo mejor, o esto también va a pasar. Y seguramente así será… toda herida sana si es cuidada y vendada.

El día que los vemos por primera vez cara a cara queremos que el mundo se detenga en ese preciso instante y toda la humanidad contemplen nuestro tesoro. Y así será por siempre. Siempre serán la niña de nuestros ojos.

Existe mucha literatura que nos guía y en base a experiencias ajenas nos pueden ayudar a realizar nuestra labor de padres de mejor manera. Principalmente nos enseñan que lo más importante es fundamentar la vida de los pequeños, desde muy temprana edad por cierto, con valores y principios que le ayudaran a ser la clase de personas que esperamos que sean.

Bien sabido es que los hijos son el espejo del hogar. ¿Somos lo que queremos que sean nuestros hijos de adultos? ¿Somos dignos de ser imitados por ellos? Creo que antes de educarlos a ellos debemos examinarnos y así saber en donde requerimos mayor esfuerzo. Lo difícil no es enseñarles a ellos, ellos aprenden por imitación, lo difícil es ser un modelo a seguir.

Lo que nuestros hijos escuchan de nosotros, aún cuando son bebés, va quedado en su subconsciente y esas palabras son semilla para su alma que a su tiempo darán fruto. Bueno o malo, pero lo darán. No hay palabras que tengan mayor peso en la vida de una persona que las que escucha de sus padres. ¿Qué sale de tu boca? ¿Miel o hiel?

Los niños pequeños en sus inocentes juegos representan escenas de su vida cotidiana. Date una vuelta de vez en cuando a la hora del juego y observa que es lo que ha observado de ti. Quizá te sorprendas. Un niño suele ser muy observador y receptivo. Cuando creas que no te ve o escucha, asegúrate porque es probable que si lo hace.

Es de suma importancia hablar con la verdad todo el tiempo a los hijos. Un ejemplo simples pero que lleva consigo una gran enseñanza es que los niños sepan que no existe Santa Claus, que es un personaje de la época navideña tan lindo y carismático como Rodolfo el Reno o Frosty, pero que sepan que del fruto del trabajo de todo un año, son sus padres los que le darán regalos, no Santa, sus padres. Sabrán realmente el significado de trabajar y aprenderán a valorar el esfuerzo que ellos realizan.

Debemos preservar su inocencia a toda costa, que sean niños todo el tiempo que deben ser niños. Es nocivo para las niñas el ser vestida y ataviadas como pequeñas mujeres… está bien si ellas se visten con nuestra ropa y zapatos como parte de un juego, pero que sus atuendos cotidianos sean de pequeñas modelos merman su infancia. O que los varones desde pequeños sean enseñados con la frase “los hombres no lloran” o “sólo saludan de mano” o impedirles mostrase afectuosos, eso solo los convierte en insensibles, no en hombre formales.

Instruye a tus hijos por el buen camino y cuando sean adultos sobre el caminarán. Enseñarles a los hijos sobre su creador y cuan amados son por el Padre es el principio del éxito de nuestra labor paternal. Que sepan que Jesús les ama y dio su vida por ellos, para que vivan felices y sepan quienes son. Eso es instruir al niño en su camino. Aprovechemos situaciones simples del día para dar grandes enseñanzas.