LA GENEALIDAD ESTA INTIMAMENTE LIGADA A LA LOCURA. w. duarte.

viernes, 9 de marzo de 2012

Aunque pase de todo, no pasa nada


Por mucho tiempo traté de entender lo que Dios hace y ¿por qué lo hace?, y otras veces ¿por qué no hace lo que “debería de hacer”? He tenido esa sensación de una mirada en mi espalda que me dice  ¿qué te crees cuestionando a Dios? Él es DIOS, ¿cómo pretendes que te de cuentas de sus actos siendo una simple mortal?

Medité en Job y sus diálogos delante de Dios en sus momentos de aflicción, y sobre todo en lo que Dios le contesta. Aún así, insistí en mis interrogatorios y monólogos, que sé fueron completamente absurdos, pero necesarios para desahogar mi alma.
En los momentos de lucidez, en que recobraba la cordura y recapacitaba en mis discusiones, terminaba aceptando de buen o mal modo lo que acontecía. Eso nunca significo que ya había entendido lo que Dios “pretendía” con aquel momento de angustia.

Recientemente invertí mi valioso tiempo en leer CUANDO LO QUE DIOS HACE NO TIENE SENTIDO del Dr. James Dobson, en lugar de invertirlo dar oídos a lo que la aflicción me decía. La primera gran noticia es que no soy la única que no le encuentra sentido a lo que Dios hace o no hace. Es normal que no lo entendamos, sabrán Él es Dios y hará lo que tenga que hacer aunque no lo comprendamos. 

Creí por algún tiempo que a lo que en el presente no le encontrara sentido se lo encontraría en el futuro. Pero ahora sé que quizá nunca lo entienda, y que al llegar ante la presencia de mi Padre no perderé el tiempo en esos cuestionamientos puesto que lo más importante será deleitarme en el. Y que posiblemente algunas cosas si sean reveladas a su tiempo y en tronces diré: he allí la razón de aquello que me perturbara en el pasado, sonreiré y seguiré mi camino.

Sé muy bien que siguieran presentándose  esa clase de situaciones en mi vida. Lo que al fin he comprendido es que no importa en qué forma se presenten, las opciones que tengo delante de ellas siempre será 2: me desespero (que es el último escondite del ego) o me abandono en mi Padre y creo en Él y a Él (Estad quietos, y conoced que yo soy Dios. Salmo 46.10)

No puedo decir que soy una persona paciente, pero allí, en la paciencia, radica mucho del éxito de tan noble tarea de descansar en Jehová. En una ocasión, después de un momento de profunda aflicción, el salmista se expreso de esta manera: pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor (Salmo 40:1). No dice que inmediatamente, después de clamar Jehová Él lo atendió, o que ocurrió lo que esperaba, dice que después de esperar PACIENTEMTE, Él le atendió. 

Una de las definiciones para la paciencia dice que es la virtud de mantener la calma ante la adversidad y los momentos de necesidad. Yo lo interpreto también como esperar a que sea Dios quien actúe y no yo, aún cuando yo tenga muy buenas ideas para salir victoriosa de una crisis, sí puede ser muy buena idea, pero no es lo que Dios quiere hacer. Su plan no siempre va a coincidir con el mío. Quizá cuando yo ruegue por un SI el va a contestar con un rotundo NO. 

No tendrá sentido en ese momento porque para mí la solución es otra. Pero Él es sabio, Él (aunque no me lo parezca) sabe muy bien lo que está haciendo. Es fiel y justo.
Su justicia no da cabida a apelaciones. El no se equivoca. Al comprender eso, es mucho más fácil aceptar que lo que está sucediendo en nuestras vidas (por injusto que nos parezca en ese momento) es la voluntad de Dios. Ahora el cuestionamiento ya no gira alrededor del creador si no de mí. ¿Mi vida esta rendida a sus pies? ¿Estoy confiando en Él? ¿Mi actuar y pensar es congruente con esto? No puedo pretender que Dios me ayude a hacer algo que está mal. No puedo robar hoy e ir a ofrendar mañana diciendo que Dios me prosperó. No nos engañemos Dios no puede ser burlado. Lo mismo que sembremos eso cosecharemos.

Esperaré pacientemente y quitamente para disfrutar al ver actuar a Dios en mi vida, no importa lo que suceda, porque si Dios es quien está al mando, todo saldrá bien. Y como alguna vez me dijera una mujer muy inteligente: Aunque pase de todo, no pasa nada.

No hay comentarios: